Se acaba el verano y las vacaciones y que mejor forma de hacerlo para quedarse con un buen sabor de boca, que tomándose un buen plato canario con un producto exquisito...el mero.
Yo me lo he cocinado y tomado...hoy mismo!!!
Este plato, "La Gallegada" lo conocí la primera vez que fui a La Graciosa, y, ciertamente, hasta ese momento nunca antes había oído hablar de él. Puede decirse, desde mi punto de vista, que es una variante del caldo de pescado de Gran Canaria, pero, y eso que soy canariona, más sabroso...
Realmente es un plato exquisito!!!
Os animo a descubrirlo y a enamorarse de esta deliciosa y suculenta receta...
Ingredientes para 4 personas:
1 mero de 2,5 kg entero y cortado en rodajas.
2 cebollas grandes.
3 tomates medianos pelados.
1 pimiento verde grande.
1 pimiento rojo grande.
8 papas no muy grandes.
5 dientes de ajo machacados.
1 manojo de perejil.
1 manojo de cilantro.
Orégano.
Tomillo.
Sal y pimienta.
Azafrán.
Para el Gofio escaldado:
Gofio de mezcla, es mejor que no sea muy fuerte de sabor.
Caldo del guiso.
Para acompañar:
Cebollas de la tierra cortadas en cuartos.
Aceite de oliva virgen extra.
Preparación:
Buscamos un caldero grande y ancho, lo ponemos a fuego medio-bajo sin nada de aceite, introducimos en él, las cebollas cortadas en rodajas finitas, los pimientos cortados de la misma manera, así como los tomates pelados. Luego añadimos los ajos machacados.
Encima disponemos el mero cortado en rodajas de unos 2 cm de grosor, incluida la cabeza abierta en dos.
Cubrimos de agua hasta que sobrepase la misma por encima de lo anterior unos dos dedos. Añadimos la sal y pimienta a gusto y ponemos a hervir.
Cuando rompa el hervor, añadir el perejil, cilantro, tomillo y orégano, bajar el fuego y cocinar aproximadamente una hora, despacito, removiendo muy suavemente de cuando en cuando.
Pasado este tiempo, añadimos las papas enteras peladas, dejar que se hagan sin deshacerse.
Cuando estén cocinadas, estará lista La Gallegada.
Para acompañar, tenemos el gofio escaldado, que lo preparamos poniendo el gofio elegido en el bol en el que lo vayamos a servir, y vamos añadiendo caldo del guiso y removiendo con un tenedor hasta obtener la textura deseada, como una natillas muy espesa.
En otro bol, ponemos la cebolla cortada en cuartos rociada con un buen aceite de oliva virgen.
Y para beber...muy importante, jeje...un vino blanco seco muy muy frío...por ejemplo, un Bermejo de Lanzarote.
¿Qué os parece? ¿Se animan?
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